Capítulo 4

lunes, 7 de septiembre de 2009

 

Estaba asustada pero realmente no representaba un peligro real o eso quería pensar en aquél momento. Era torpe, lenta y estúpida. No hacía más que gemir e intentar cogerme con sus raquíticos brazos mientras avanzaba hacia mí. Era tan lenta que simplemente tenía que darme la vuelta y caminar a paso ligero para escapar pero ésta cosa ¿hasta cuando me estaría siguiendo?
No soportaba esa idea. No soportaba la idea de que algo o alguien me siguiese, y menos con el cuello partido en dos y la cabeza colgando.
Me separé unos metros de ella y cogí una piedra que había en el suelo. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, se la lancé con todas mis fuerzas a la cabeza. Oí un "crack" y la frente se le hundió hacia adentro, dejando salir una gelatina marronosa. Se paró en seco, dejó de emitir el molesto gemido y se desplomó contra el suelo.

Esperaba que ahora sí estuviese muerta, pero no me iba a quedar para comprobarlo. Me di la vuelta para salir de allí, cuando escuché otro gemido. ¿otra vez?, pensé, pero al girarme no era la mujer la que estaba babeando por mí, ésta vez era el hombre medio devorado que había entre los setos. Su brazo derecho estaba mordisqueado, no tenía mano, el brazo terminaba en un muñón con un par de dedos. Tenía un agujero en el vientre, del cual salían cosas. Sería fácil decir que eran intestinos, pero realmente no tenía ni idea. Simplemente le colgaban cosas. Era realmente asqueroso.

Antes de que pudiese hacer nada, aparecieron varios gemidos más, y vi como tres individuos empezaron a acercarse. Era fácil defenderse de uno, incluso de un par, pero dudo que hubiese podido con cuatro al mismo tiempo. Salí corriendo intentando recordar por donde había venido, pero no lo recordaba. Era un laberinto de tumbas y más tumbas. Cuando creí que estaba lo suficientemente lejos como para que no me pudiesen seguir, paré para coger aire y observar a mi alrededor. Seguía sin haber nadie, y sin encontrar la salida. Oía golpes, golpes dentro de algunas tumbas. Sobretodo en las que parecían más recientes.
Entonces pude verlo correr por ahí. Era el gilipollas de mi vecino e iba acompañado por alguien. No me podía presentar a su lado y decir "Hola te he seguido, me he perdido, he matado a una mujer y ahora me persiguen unos hombres con las tripas colgando". No sé a donde iban, pero supongo que si habían visto cosas similares a las que había visto yo, intentarían salir de allí por lo que los seguí desde lejos.

Al lado de un muro, una mujer pedía ayuda. Me acerqué a ella sin perder de vista a mi vecino y le dije que se calmase. Ella gritaba desesperadamente mientras unas manos que salían de uno de los nichos de la pared le agarraban un brazo. Tiré de ella pero quien fuese que tirase de ella desde dentro lo hizo con más fuerza y el brazo se hundió en el muro. Después empezó a brotar sangre mientras ella gritaba, ésta vez de dolor. Me aparté un poco y ella gritó "¿¡Por qué haces esto mamá!?".
Supongo que sería su madre la que estaba allí enterrada, mejor dicho, emparedada.
Mi vecino seguía avanzando, pero ahora ya no corrían, parecía como si su acompañante no pudiese seguirle el paso.
Se acercaban más muertos, por todas partes. No podía esperar más ni perder más tiempo. Le dije a la mujer que lo sentía, ella no me prestó mucha atención, simplemente miraba al cielo, con el brazo aún dentro del muro y murmuraba algo mientras lloraba. Supongo que ella hubiese hecho lo mismo. Supongo que todos hubiesemos hecho lo mismo frente a un desconocido ¿no?

Seguí avanzando, sin acercarme demasiado al muro ni a las tumbas, por si acaso. ¡Ahí estaba! ¡La salida! Ya podía verla. Ya podía dejar de seguir al idiota ese.
Por última vez, miré atrás, aunque me gustaría no haberlo hecho. Los muertos llegaron hasta la mujer que tenía su brazo en el muro. Ella, con el brazo que tenía libre y a patadas intentó echarlos para atrás, pero era imposible. Eran muchos. Uno le agarró el brazo y se lo mordió. Más sangre. Otros dos se avalanzaron sobre ella y no pude ver más, y me alegro de ello. Salí corriendo y me dirigí al coche. Pude ver por última vez a mi vecino, en su coche, saliendo del cementerio. Su acompañante no tenía buena cara.

3 comentarios:

Abel dijo...

jeje k bueno!! "le salían cosas colgando del vientre, pero no eran intestinos" xD

Anónimo dijo...

El 5º pa cuándo?? :)

-Violet

Anónimo dijo...

Increible, amigo sinceramente eres muy bueno.
Espero con ansias el 5º capitulo.